Glen Mackenzie (グレン・マッケンジー, Guren Makkenjī?), un hombre de 72 años de edad, y su esposa Martha Mackenzie (マーサ・マッケンジー, Māsa Makkenjī?) son una pareja de ancianos que emigraron de Toronto, Australia; a Ciudad Fuyuki, Japón; cuarenta años antes de la Cuarta Guerra del Santo Grial.
Perfil[]
Pasado[]
Glen fue un "hombre de negocios popular" que trasladó a su familia a Japón como parte de su trabajo hace más de cuarenta años, pero decidió vivir en Miyama permanentemente después de ser cautivado por la ciudad. Al decidir vivir el resto de sus vidas allí, Martha le pidió dos cosas: que su casa se construyera en una colina en Miyama y que hubiera un tragaluz que permitiera el acceso fácil a la azotea. Tras retirarse de su compañía y comenzar su propio negocio independiente de importación y exportación, Glen tenía una gran capacidad de gestión, pero carecía de ambiciones como comerciante. Este trabajó durante cuarenta años, evitando las trampas y la bancarrota, y logró pasar la empresa a un sucesor una vez que había ahorrado suficiente dinero. Finalmente, Glen comenzó a pasar sus días tranquilamente mientras trabajaba tiempo parcial como profesor en una escuela de conversación en inglés.
Su hijo Chris estaba en la escuela primaria cuando se mudaron a Japón, y eventualmente comenzó una familia allí. Si bien disfrutaba del país, Chris sintió una fuerte atracción por sus raíces y deseó que su hijo fuera educado en Australia. Cuando el niño tenía diez años, Chris y su familia regresaron a Toronto y gradualmente perdieron el contacto. De esta forma se llegó al punto en que apenas se escuchaban el uno al otro, y eventualmente diez años habían pasado desde que habían recibido una sola carta o visita de la familia.
Waver Velvet, que necesitaba usar una identidad falsa para encubrirse en la Cuarta Guerra del Santo Grial, buscó a la pareja tras descubrir que vivían solos para evitar tener que gastar dinero en un hotel. Al obtener información sobre ellos a través de la hipnosis, los engañó con un hechizo para hacerlos creer que era su nieto, "Waver Mackenzie". Transfigurando la imagen de su nieto en sus mentes para que concordara con la suya, Waver les hizo creer que estaba de visita mientras estudiaba en el extranjero en Inglaterra.
Apariencia[]
Personalidad[]
Glen y Martha encuentran atractiva la cultura japonesa, aunque estaban desconcertados por la diferencia entre los futones y las camas cuando llegaron por primera vez. A pesar de que Martha tiene miedo a las alturas y nunca se une a él, Glen disfruta mucho de la vista de la salida del sol desde su azotea, creyendo que no hay mejor panorama. Aunque le gusta el país, Glen se siente arrepentido de haber ido allí si esa fue la razón por la que se cortó el contacto con su hijo y por la que Martha nunca sonríe. El sueño de Glen es sentarse en la azotea con su nieto. Él cree que el deseo nunca se hará realidad debido a que su nieto nunca lo había hecho cuando vivía en Japón, y a que nunca los ha contactado desde que se fue.
Son muy amables con su "nieto" bajo el hechizo de hipnosis, lo que le permite a Waver llegar a la casa e incluso dejar que Rider permanezca allí sin preguntar. Cuando se retira el hechizo, Glen no está realmente enojado, y aprecia el hecho de que la experiencia haya devuelto una sonrisa a la cara de Martha.
Rol[]
Fate/Zero[]
En el día de la invocación de Rider, Glen y Martha saludan a Waver en la mañana, desconcertados por las gallinas que Waver ha traído para el ritual. Mientras lo explica y se prepara para irse, ambos le advierten que tenga cuidado en la ciudad debido a que el reciente y famoso asesino en serie se encuentra activo. Más tarde, unos días después de la primera pelea de la Guerra del Santo Grial, Rider, que se había mantenido alejado de la pareja en forma espiritual, "visita" la casa como amigo de Waver. Este rápidamente se hace amigo de Glen, comienza a beber cerveza con él y encanta a Martha con sus cumplidos. Waver decide hacer pasar a Rider como alguien que conoció en el extranjero y decidió hacer una visita inesperada, y la pareja se ofrece para que se quede.
Más tarde, después de que Waver y Rider se enfrentaran a Saber, Waver regresa con cansancio a la casa a primera hora de la mañana, y Glen lo llama a la azotea donde había estado sentado mucho tiempo mientras esperaba su regreso. Extrañamente inflexible al respecto, Waver acepta la solicitud. Glen pretende recordar cuando él y su nieto disfrutaban de la vista, mientras se muestra triste por haberse separado de su hijo; y luego le revela a Waver que sabe que no es su nieto. Aunque desconcertado por la razón de por qué creían en Waver, él simplemente lo hace pasar por uno de los muchos fenómenos inexplicables del mundo. Glen permanece muy tranquilo con la revelación, y ni siquiera intenta que Waver se explique a sí mismo. Cuando Waver le pregunta si está enojado, responde "por supuesto", pero siente que el comportamiento de Waver es más amable que su propio nieto y que no hubo malas intenciones en sus acciones. Él cree que tanto Waver como Alex poseen una rareza poco común en las personas más jóvenes, y ni siquiera desea entender su razonamiento para haberlos engañado.
Glen decide pedirle a Waver que se quede, con la esperanza de mantener la relación por un tiempo más largo, especialmente cuando Martha aún no había notado nada extraño a diferencia de él. Este describe el tiempo que pasó con su "nieto" su "tan buscado tesoro". Waver revela que no puede prometer siquiera si regresará, y Glen es capaz de deducir que están arriesgando sus vidas. Glen le dice a Waver que no hay nada más importante que mirar atrás en la vida tras haberlo vivido, lo que sorprende a Waver en cuanto a cómo la noción es contraria al apostar por su vida. La Guerra del Santo Grial termina ese mismo día, y Rider es asesinado por Gilgamesh. Waver sigue vivo y regresa a la casa de los Mackenzie, y su desayuno se siente vacío sin Rider, quien Waver mencionó regresó a Inglaterra debido a un problema urgente. Mientras ven las noticias sobre la destrucción causada por el Santo Grial, Waver les pide que le permitan continuar con ellos durante un tiempo para conocer el mundo exterior. Martha está extremadamente feliz y compara la noción con algo que Rider habría dicho, y Glen y Waver intercambian una mirada de confianza entre sí.